Qué pasa cuando llevas años viendo árboles genealógicos

12.09.2023

He conocido a muchas personas en estos diez años.

A una madre que amó desde el corazón a su bebé para, después de tres años, tener que enterrarlo por una enfermedad. A las dos hijas que le quedaron las crió con una frialdad brutal. Se decía a sí misma: "si les doy amor, morirán".

A un niño de trece años aterrado, solo, en un tren, camino a un internado al que no quería ir. "No podemos dejar pasar esta oportunidad", había dicho su padre.

A un padre que echaba tanto de menos al suyo, que puso el mismo nombre a dos de sus hijos.

A una mujer que un día dijo "haré lo que sea, lo que sea, pero no volveré a vivir en la miseria".

A un niño que, nacido antes del matrimonio cuando esto era pecado mortal, creció creyendo "no debería existir". Su vida fue un ejemplo de autoboicot.

A una mujer que en el viaje de novios ya se arrepintió de casarse. ¿Habrá más?

Y a muchas otras personas. No las he visto, ni las he tocado. Pero las he conocido. Como dice la canción, "no puedo veros pero sé que estáis aquí". Sidonie. Travelling hacia atrás.

¿Pero cómo no vamos a estar mal? (en algún aspecto)

¿Pero cómo no va a haber niños que estén mal? (en algún aspecto)

En todos los árboles genealógicos hay un evento traumático que lo cambió todo. Una piedra que cayó en el estanque y creó una onda que aún sigue en nuestro subconsciente. Y en nuestros genes.

Esa niña no es traviesa. Es una mensajera.

Su intranquilidad es la rabia de quien se sintió esclava.

Ese niño no es despistado. Es un mensajero.

Su ausencia es la depresión que el abuelo no se permitió tener.

A veces una toma de conciencia vale más que mil palabras. Te invito a descubrir cuál es esa piedra que cayó en el estanque, para que el cambio sea permanente.

Alguien llora río arriba. Necesita tu hombro. Te lo agradecerá.

Escríbeme sin compromiso y te diré si tu problema tiene un origen transgeneracional y cómo resolverlo

Foto: Barrera dañada por asta de toro