"El hombre elefante" y su crecimiento personal

16.02.2024

La película de David Lynch es una hermosa muestra del camino desde el humano animal al humano alma.


Recientemente he visto la película del año 1980 "El hombre elefante" (David Lynch) y, aunque es una buena película en todos los niveles, me ha impresionado la parte de crecimiento personal. ¿Qué necesita un humano para trascender a su yo animal? Está llena de referencias simbólicas sobre este tema.

La revolución industrial era el marco perfecto como punto de partida. Es fácil mostrar al humano máquina, que no tiene más remedio que dedicarse a su propia supervivencia y, ocasionalmente, a sus pasiones.

El hospital representa el bienestar material, volver a nacer.

Un hogar, ¿puede alguien crecer en seguridad sin un hogar?, ¿pueden los objetos transmitir amor?

¿Puede alguien construir una maqueta de su alma? 

Un poco maniquea en su representación de buenos y malos. En su dimensión temática, excepcional. 

El resto de simbolismos, abajo. Te sugiero leerlos como clave de interpretación pero se pueden deducir partes del argumento. El final no lo cuento y creo que los beneficios son mayores que los perjuicios.

`'SPOILER':

Para trascender al humano animal necesitas también otros elementos que la narración va desgranando:

Una madre. Que en la nueva vida de John Merrick (el "hombre elefante"), no es su madre sino el personaje de la entregada actriz, a la que da vida Anne Bancroft (en la foto de arriba).

Un padre, que es simbólicamente el doctor Treves (Anthony Hopkins).

Que los dos te den amor del bueno, o sea del incondicional, del de "te amo tan sólo por estar aquí, no tienes que darme nada a cambio". En un momento de la película el doctor Treves se da cuenta de su error. En otro momento Merrick expresa abiertamente su satisfacción.

Respeto, no ser usado o usada; y amistad, el trato de igual a igual. Varias referencias en el diálogo.

Un despertar. El grito en los servicios del metro no sólo es un grito de libertad ante los demás, es simbólicamente un grito de libertad sobre el propio ego. Es una reivindicación. "No soy un animal, soy un ser humano".

Como guinda, la película muestra también el reconocimiento social. Es la escena del teatro.

La maqueta que él empieza a construir, como he avanzado, simboliza su alma. Es una representación de su interior. Por eso sólo ve la iglesia real parcialmente, y por eso Lynch le dedica la atención amorosa de su cámara.

De dormir encogido a dormir tumbado. De humano animal, a humano alma. En el drama de calidad el objetivo del protagonista no es siempre obvio, es íntimo.


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